¿Cuál es el presupuesto para cambiar la instalación eléctrica?

Si la instalación eléctrica del hogar tiene ya bastantes años o comienza fallar de forma continuada, seguramente ha llegado el momento de cambiarla por una nueva y que cumpla con todos los requisitos que la actual legislación establece. 

Es importante hacer estos cambios, principalmente, por razones de seguridad, ya que el cableado de casa y los dispositivos eléctricos pueden suponer un serio peligro de incendio si se encuentran excesivamente deteriorados o han quedado anticuados. Pero además, hay que tener presente que las necesidades eléctricas de nuestros hogares cada vez son mayores, por lo que se hace necesario adaptar las instalaciones a estas nuevas exigencias.

Se trata de una operación costosa y que sólo puede ser llevada a cabo por profesionales cualificados. Para conocer con detalle cuánto cuesta cambiar la instalación eléctrica de una vivienda, vamos a estudiar punto por punto todos los factores a considerar.

Cuándo cambiar la instalación eléctrica de nuestra vivienda

Muchos profesionales suelen recomendar cambiar la instalación al completo cada diez años aproximadamente.

Esto resulta exagerado a todas luces. Sí bien es cierto que conviene revisarla de forma periódica, si la toma de tierra está bien hecha y se han empleado materiales homologados, cualquier instalación eléctrica tiene una vida útil bastante superior a 10 años.

Sin embargo es necesario reparar de inmediato los pequeños problemas que vayan apareciendo, para evitar su deterioro prematuro así como el riesgo de accidentes de mayor gravedad. Un enchufe suelto o un interruptor que echa chispas al accionarlo son un peligro que no se debe pasar por alto.

También se debe actuar inmediatamente cuando al encender la luz se perciba un olor peculiar, como a pescado, ya que es señal inequívoca de que los cables se recalientan demasiado y existe el peligro de que se pueda provocar un incendio en cualquier momento.

De forma general, debe cambiarse la instalación eléctrica en los siguientes casos:

• Viviendas antiguas cuya instalación no dispone de toma de tierra.
• El cableado de la instalación está forrado con tela.
• Nos encontramos con dispositivos eléctricos muy deteriorados.
• Si al encender la luz notamos un olor raro fruto del recalentamiento del cableado eléctrico.

En cualquiera de estos casos sería conveniente llamar a un electricista para que revisase la instalación y decidiese si es necesario o no proceder a cambiarla.

Pasos a seguir para cambiar la instalación eléctrica

Antes de entrar en materia presupuestaria, conviene analizar qué lleva aparejado el cambio de una instalación eléctrica para, de este modo, tener una idea más aproximada de qué estamos pagando realmente.

A la hora de cambiar la instalación eléctrica, el primer punto de nuestro presupuesto será el cuadro de distribución. En las viviendas antiguas toda la instalación eléctrica de la casa dependía únicamente de un solo interruptor diferencial. El problema de este tipo de instalaciones es que, sin importar dónde radicaba el origen de un posible problema, cuando éste se presentaba, se caía toda la instalación. 

Los sistemas actuales solventan esta situación incluyendo multitud de interruptores que controlan el paso de electricidad a diferentes zonas de la vivienda. Así, ante un problema en el baño, por ejemplo, sólo salta el interruptor correspondiente, sin cortar el suministro de energía en el resto de la casa. De éste modo, además,  resulta  mucho más fácil localizar el origen del problema.

El segundo paso en el cambio de la instalación eléctrica nos lleva a la retirada de todas las líneas eléctricas que recorren la casa. Excepcionalmente es posible limitar este trabajo a extraer el cableado y los elementos eléctricos para su sustitución, pero lo habitual es que estos elementos ocasionen muchos problemas cuando se intentan extraer y terminan por romperse atascando las líneas. Generalmente resulta más rápido y práctico abrir unas rozas en paredes y suelo para facilitar la extracción.

Una vez eliminado todo el equipamiento antiguo, el siguiente paso es colocar los elementos por los que transcurre la nueva instalación eléctrica: los tubos para el cableado, los cajetines que alberguen los elementos eléctricos y las cajas de empalmes. Los mismos albañiles se encargarán de volver a tapar las rozas con yeso o cemento, de cara a que los electricistas puedan terminar de hacer el trabajo.

Estos comenzarán a pasar el cableado por los tubos y realizarán las conexiones necesarias para que todo funcione correctamente. Por último, se encargarán de colocar los mecanismos de enchufes e interruptores y sus respectivos embellecedores.

El último paso correrá a cargo de los pintores,  que se encargarán de alisar las rozas y dar una mano de pintura final que lo deje todo como nuevo. 

Como puede comprobarse,  cambiar la instalación eléctrica de una vivienda es un trabajo complejo, y por tanto costoso, en el que intervienen diversos profesionales y que requiere de cierto tiempo para su ejecución, por lo que no es muy recomendable aventurarse uno mismo a realizar una tarea de tal magnitud.

Cambiar la instalación eléctrica por canaletas

En cualquier caso, si lo que se pretende es ahorrar algo de dinero, siempre es posible hacerlo a costa de sacrificar en cierta medida  la estética de la casa para obtener así un presupuesto más barato para cambiar la electricidad.

Existe la posibilidad de poner una instalación eléctrica externa, que conlleva un trabajo de albañilería mucho menor, pero que nos dejará la casa llena de canaletas que esconden el cableado en su interior.

Evidentemente no se trata de la opción más recomendable, aunque ciertamente el aspecto de las canaletas ha mejorado mucho con el paso de los años y hoy en día hay modelos bastante elegantes a la par que discretos.

Sin embargo, en el caso de un local comercial sí que puede ser una buena solución, ya que abarata costes y además permite tener un más fácil acceso a la instalación eléctrica en caso de que surja algún problema, sin necesidad de abrir rozas en la pared.

Presupuesto para cambiar la instalación eléctrica

Trabajando con grandes números, lo habitual es que si hay que cambiar una instalación eléctrica empotrada, es decir, de las que van por dentro de la pared, deberemos pagar alrededor de 90 euros por metro lineal de roza. Este precio incluiría abrir la pared, eliminar la instalación eléctrica anterior, meter los nuevos tubos y cerrar la roza.

Además, a este coste, hay que añadir otros 40 euros por cada punto eléctrico a instalar (enchufes, interruptores, cajas de distribución y puntos de luz). Y por último, se debe contabilizar el precio adicional que nos costara que los pintores para que vuelvan a dejarlo todo como nuevo.

Un ejemplo: un piso de unos 90m2 con 4 habitaciones, 1 salón, cocina y 2 cuartos de baño.

En total hablaríamos de 9 puntos de luz en el techo, y 1 interruptor y 2 enchufes por estancia. Teniendo en cuenta que en total sumamos 33 puntos eléctricos, haría un total de 1.320€ sólo para esa partida.

Para una vivienda de este tipo lo habitual es que en concepto del coste de las rozas hubiera que sumar otros 800€ aproximadamente.

Por lo tanto el precio de cambiar la instalación eléctrica sería de alrededor de 2.120€ a falta de contratar a un pintor que rematase el trabajo. 

Podrían reducirse los precios poniendo la instalación eléctrica mediante canaletas, con lo que ahorraríamos en albañilería, pintura y materiales. Este tipo de instalación viene a costar sobre los 30 euros por punto eléctrico instalado, pudiendo nosotros mismos colocar las canaletas, por lo que incluso podríamos rebajar este precio a la mitad.

En resumen

Con esta información, calcular cuánto cuesta cambiar la instalación eléctrica resulta relativamente fácil.

Cambiar la instalación eléctrica no es barato, pero conlleva  beneficios en materia de seguridad y permite obtener un rendimiento energético más eficiente que terminará por traducirse en un ahorro en la factura de la luz. Estas son razones suficientes para acometer una reforma necesaria en muchos hogares y que en ocasiones se pospone más allá de lo recomendable.